¡Comienza la cuenta atrás!
Después de varios meses de preparativos y mucha ilusión, hoy por fin hemos dado el primer paso real de nuestra aventura Erasmus+: ¡hemos tenido nuestra primera reunión online con nuestros compañeros suecos!
La emoción se notaba desde antes de conectarnos: nervios, curiosidad y ganas de saber más… En cuanto comenzó la videollamada, todo fluyó de forma natural. Nos fuimos presentando uno a uno, descubriendo quiénes formamos parte del proyecto: personas tan diversas como interesantes, con trayectorias únicas y muchísima ilusión por compartir. Desde el primer momento quedó claro que en ambos grupos hay una gran variedad de experiencias, tanto en nuestras profesiones anteriores como en los estudios que realizamos actualmente, lo que promete encuentros llenos de puntos de vista distintos. Lo que sí tenemos en común todos es un mismo objetivo: aprender juntos y enriquecernos con esta experiencia.
El idioma no fue ningún obstáculo. La reunión se desarrolló en inglés sin dificultades, en un ambiente relajado y con mucha voluntad de entendernos. Pero lo que más nos sorprendió —¡y nos hizo muchísima ilusión!— fue descubrir que varios de nuestros compañeros suecos también hablan español, alguno incluso con bastante soltura. Varios de ellos han viajado por Hispanoamérica o han visitado España. De hecho, propusieron que durante nuestra estancia en Uppsala intentemos comunicarnos también en español. Marian Alesón, que coordinó la reunión online, muy acertadamente, propuso entonces un pequeño intercambio: si ellos hablan en español, nosotros nos animaremos a aprender algunas palabras y expresiones en sueco. ¡Y aceptaron encantados!
Tras las presentaciones, rompimos el hielo participando en un divertido juego interactivo, donde teníamos que identificar lo más representativo de diferentes países. Opinamos sobre Francia, Polonia y Grecia, pero el momento más divertido llegó cuando los suecos compartieron lo que consideran más típico de los españoles… y nosotros hicimos lo mismo con ellos. Risas, sorpresas, estereotipos simpáticos… ¡y mucha complicidad desde el primer momento!
En definitiva, ha sido una experiencia dinámica, entrañable y muy enriquecedora, que no solo nos permitió conocernos mejor, sino también empezar a construir la complicidad y el buen humor que tanto necesitamos para esta aventura conjunta.
Ahora, con el viaje a Uppsala a la vuelta de la esquina, los nervios y la emoción crecen. Tenemos muchísimas ganas de aprender de nuestros anfitriones suecos, descubrir su forma de vivir, su cultura y sus costumbres… Y, por supuesto, también nos ilusiona compartir lo mejor de nuestra manera de entender la vida, nuestras tradiciones, y todo lo que nos une como sociedad.
¡Comienza la cuenta atrás! Menos de una semana…
