6º Día: Rumbo a Estocolmo

 UPPSALA. 6º DIA

Y porque el correr del tiempo no se detiene, así llegamos al sexto día de nuestro viaje, el viernes.

Amanece lluvioso y además con frío, como de costumbre, quizás presagiando el día lleno de sorpresas (y no todas gratas) que nos esperan. 

Desayunamos con la visita de Christer, alumno de español de la Universidad, que viene a despedirnos hasta la estación. 

Allí nos encontramos con la anulación de la salida de nuestro tren hacia Estocolmo. Esta incidencia se soluciona con relativa prontitud y conseguimos llegar a la capital sin demasiado retraso. 

Con curiosidad nos dirigimos a nuestro nuevo alojamiento que será el barco/hotel (RYGERFJORD) fondeado.

Dejamos nuestro equipaje en consigna y nos lanzamos a visitar la ciudad. Primer objetivo: reponer fuerzas en el restaurante La Casa del Cava, 

Disfrutamos de unas cervezas bien frescas y unas ensaladas. El ambiente relajado y amigable nos permitió por primera vez en varios días, disfrutar de una sobremesa distendida,

En taxi nos desplazamos al museo VASA. Fue sorprendente conocer la historia de ese barco que naufragó en el mismo puerto durante su viaje inaugural en Estocolmo en Agosto de 1628.

Seguimos con nuestro recorrido bajo la lluvia hasta el museo NOBEL. Durante ese corto trayecto -en caravana de coches- que volvían a casa después del trabajo, se produjo un incidente en el que se vio involucrado uno de nuestros taxis. Por suerte fue algo anecdótico y sin gravedad alguna.

Llegamos a destino y el momento del pago del servicio fue tan esperpéntico que nos dimos cuenta que acabábamos de ser ¡¡TIMADOS!!.

Aunque contrariados por lo sucedido, seguimos adelante con nuestras visitas por la ciudad antigua, el museo NOBEL, cambio de la Guardia Real y “pateando” por las calles estrechas y empedradas, muy dificultoso para Mari Carmen, a pesar de lo bien que maneja su scooter.

Llegada la hora de la cena, tuvimos la gran suerte de elegir el restaurante (BORGMÄSTAR’N) asistido por un camarero  ecuatoriano que nos aconsejó muy acertadamente.

Por fin llegó el momento de descansar, y aún tuvimos que afrontar el último incidente de la jornada, ser capaces de cruzar el puente para llegar al puerto donde se encontraba nuestro barco/hotel. No fue tarea ¡¡fácil!!.

A pesar de todas estas peripecias el grupo ha trabajado de manera homogénea y colaborando en todas las circunstancias, y aunque estuviese muy cerca el momento de la despedida no nos sentimos tristes ya que todos hemos dejado muy buenos amigos y el firme propósito de volver.